Reconozco mi sombra mientras me sigue por las losas de las aceras a las cuatro de la tarde y cuando paso la esquina y se pone a mi lado en la pared. Sé cuantos lunares tiene mi espalda y la forma de cada una de las cicatrices que hay en mi piel. Conozco a la perfección las arrugas de mis manos y el por qué de cada tatuaje sin tinta. Sé que mi olfato es patético, qué número calzo, qué color odio, cual es mi sabor preferido... Sé que ya casi nada me hace llorar y que, sin embargo, le sonrío a cualquier cosa. Sé que siempre miro a los ojos cuando hablo con alguien, que me encanta comer con las manos y que no puedo evitar relamer la cuchara y el plástico del yogur cuando se acaba. Que me pongo nerviosa si no tengo cualquier cosa con la que jugar entre las manos, que en mi mochila nunca falta un libro que leer, que soy incapaz de acostarme temprano y que aunque ame la música adoro el silencio.
También sé que ya no puedo cerrar los ojos y ver tu cara con claridad. Por eso llené cada uno de mis rincones con tus fotografías. Sé que se me ha olvidado tu voz y que ya no consigo hallarme sin escucharla. Y que me busco. Y que te busco en mí, en un esfuerzo constante por sentirte vivo.
...porque la mejor manera de honrar a quien ya NO ESTÁ es vivir... *ERES siempre conmigo*
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1 comentario:
¿Dónde están tus letras? No las deshagas tan pronto...
Son muchas Lunas sin colorear las noches.
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