Acción más acción. Acción que conlleva contracción. Acción que espera reacción.
Reaccionamos ante las acciones. Reaccionamos ante las circuntancias. Normalmente, reaccionamos.
Aunque, hay un vacio que no es rellenable. No basta sólo la intención, no tiene cabida la acción, ni siquiera tienen nada que ver las circunstancias. Es como el culillo de una botella de Cocacola disipada. Como la última rebanada de pan Bimbo que se queda sin acompañante. Como la típica calada del porro que te pasan diciéndote: -¡mátalo!, y lo que terminas matando es a tus papilas gustativas, que te gritan que preferirían el sabor de un chicle de clorofila. Como pensar que estás siendo cumplido en vez de calificarte de hipócrita. Como la entrada inoportuna de tu madre mientras te tiras a alguien en su cama. Como los típicos regalitos indeseables de tus suegros y tu cara de -¡para esto haberos comprado otro paquete de tabaco!, con su correspondiente -¡gracias! (sin más comentarios). Como los -¡Buenos días! que le dedicas a tus vecinas del 4º mientras critican "tus pintas" en el rellano. ¡Me haría fregonas con sus cabezas para todas las escaleras del bloque y con sus lenguas una escobilla del váter! Como romper la foto de tu ex y pegarla con celo después. Como un etcétera infinito. Sentimientos, cumplidos, situaciones y palabras; inútiles. Todos inútiles.
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